top of page
  • Foto del escritorActuemOS

¿Cómo impulsar el financiamiento al desarrollo en la era post-COVID?

Actualizado: 27 sept 2020



La coordinadora de la Iniciativa de Financiamiento Innovador de Género de ONU Mujeres y ex Secretaria Técnica de Cooperación Internacional de Ecuador, Gabriela Rosero, desde Quito, Ecuador, en su charla magistral en el marco del Curso Abierto de Cooperación Internacional y Elaboración de Proyectos, considera que el escenario actual abre la posibilidad de un reencuentro entre el sector público y un sector privado que ha ido entendiendo las nuevas lógicas de desarrollo y la agenda global de desarrollo y cooperación.


La especialista estima que una era post COVID implica construir una resiliencia pensada a partir de ese acercamiento entre el sector público y el privado. Cree que el sector privado puede aportar su capacidad de transformación y de aportes innovadores a las políticas públicas.


En su conferencia, dibujó el ecosistema del financiamiento innovador al desarrollo, cuyo marco es el consenso global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y enfatizó que los ODS tienen implícitos dos elementos que no son menores:

1) El acuerdo global exige a Gobiernos nacionales, gobiernos locales, organismos internacionales, bancos de desarrollo, instituciones financieras, sector privado y sociedad civil generar alianzas más formales, entendiendo los intereses propios y los objetivos.

2) Incorporar el componente la innovación. En la agenda 2030 ese elemento está relacionado con la participación del sector privado e inversionistas.

También refirió la multiplicidad de actores que participan de este ecosistema, cómo se han diversificado los mecanismos de financiamiento y el reto que implica la medición de la efectividad de la cooperación.

El ecosistema actual también permite observar, apunta, que ha habido una secuencia que nos ha traído adonde estamos hoy. “Haber llegado a este consenso en 2015 es el resultado de algunos mecanismos, de algunos diálogos entre algunos actores y mecanismos, sobre todo desde la reflexión para hacer que la cooperación al desarrollo sea cada vez más eficaz, eficiente, coherente, más pertinente, más transparente, pero además en un contexto en el que el cumplimiento de las obligaciones no se estaba dando”, puntualizó.

Comentó que, en 2020, se han ido ajustando los criterios de elegibilidad para definir si los países son o no susceptibles de cooperación, la Cooperación Sur-Sur se ha ido fortaleciendo como una modalidad complementaria más no sustitutiva y se han instalado nuevas modalidades de asociación como la Cooperación Triangular.

Profundizó en cómo se ha ido posicionando la visión desde el sector privado en la agenda del desarrollo y cómo cada vez más las lógicas de mercado y la participación de bancos comerciales, inversionistas y actores privados han ido ganando terreno y apoyando en la movilización de recursos. Indicó que para tal fin se han ido desarrollando Instrumentos de financiación público-privado: en los países de la región se ha empezado a crear una legislación que promueve esta clase de cooperación.

El nuevo paradigma: el financiamiento innovador al desarrollo

Sostiene que en la actualidad no se habla ya de cooperación si no del financiamiento innovador al desarrollo y que se busca que tenga un efecto palanca: la combinación de recursos financieros disponibles en nuevos mecanismos o instrumentos para acelerar la movilización de recursos del sector privado (como complemento a la ayuda oficial al desarrollo y la filantropía).

Este financiamiento apuesta por un mayor impacto y efectividad de las acciones o por una rentabilidad de las inversiones y permite la creación de intermediación financiera, distribuyendo riesgos y mejorando tanto la liquidez como la entrega de recursos de forma más transparente y alineada a incentivos. Asimismo, impulsa la generación de nuevos activos y desarrollo del mercado de capitales e incluye a nuevos actores del sector financiero y de inversiones.

La especialista también señaló que en el ecosistema de desarrollo actual se advierte que el financiamiento no es solo responsabilidad de los gobiernos y agencias de cooperación si no también del sector privado.

Estas alianzas, o instrumentos de financiamiento innovador al desarrollo, han sido posibles a través de modalidades como el canje de deuda, los mecanismos blended (multilaterales) y las inversiones con impacto social.

Estas inversiones, explica, son socialmente responsables, conscientes o con propósito, involucran a empresas con estándares ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Implican, además, una “doble búsqueda” de rentabilidad tanto financiera como de impacto social. Su propósito es generar impacto social y contribuir a organizaciones económicas cuyos objetivos tengan relación con el impacto deseado. En este sentido, las Inversiones de impacto social (IIS) son un importante instrumento de apoyo al financiamiento de empresas sociales por parte de inversionistas privados, puntualizó.

Resiliencia y reencuentro público-privado

De la misma manera, planteó que la era post-COVID exige una recuperación basada en la construcción de resiliencia y encuentra a los gobiernos muy golpeados, incluso en cuanto a su gobernabilidad, a la vez que con importantes limitaciones fiscales. Una vulnerabilidad que vuelve más necesario una suma de esfuerzos público-privada para implementar una agenda de recuperación: “Tenemos a un sector privado y financiero que ha ido entendiendo estas nuevas lógicas de desarrollo y el compromiso con la agenda global. Esto nos puede permitir sentarnos en la mesa y realmente hablar de un pacto social basado en la solidaridad y no tanto en las lógicas de mercado”.

Añade que esa conjunción podría permitir el fortalecimiento del Estado en la implementación de las políticas públicas y le daría un rol al sector privado en su ejecución, así como le permitiría aportar en el campo de la innovación.

“No podemos cerrarnos a la posibilidad de pensar que la cooperación al desarrollo a futuro no cuente con el sector privado ni con los recursos y los esfuerzos para financiar el desarrollo que puede aportar”, concluye. “Pero eso también hace necesario que generemos la evidencia, los estándares y las métricas necesarias para que podamos replantear nuestro relacionamiento con organismos internacionales, con bancos internacionales, y generar no solo un alivio de deuda para el desarrollo sino también conseguir más recursos para nuestro proceso de recuperación como país”

195 visualizaciones0 comentarios
bottom of page